Situado en barrio de Campclar, el nuevo centro de distribución de alimentos para Cáritas fue diseñado expresamente para ser construido en solo tres meses y escasos recursos económicos. Los acabados los realizaron 120 voluntarios en una mañana.
El centro se organiza en tres espacios, una parte de almacén, una franja de servicio, y un espacio de distribución. Los usuarios disponen de unos puntos según su situación personal, y realizan un recorrido durante el cual eligen los alimentos que más necesitan.
El edificio se concibió con una doble lógica industrial-artesanal. El sistema estructural y los cerramientos laterales se realizaron mediante elementos prefabricados metálicos para disminuir el tiempo de ejecución, y las fachadas frontales se realizaron con una piel cerámica contextualizada con el barrio. La naturaleza compacta y hermética del centro responde a requerimientos climáticos y de seguridad, pero cuando se realiza el servicio, la caja se abre a los usuarios permitiendo la iluminación natural del interior.