Botarell tiene una íntima relación con los campos de cultivo adyacentes. Situado a la falda de la sierra de Prades, la morfología urbana de esta población presenta unos límites muy difusos con el campo.
La estrategia de organización de la vivienda surge de la reactivación de la estructura geométrica latente aún en las parcelas de los campos de cultivo, pensados como eficientes sistemas de bandas paralelas. El proyecto se piensa como un dispositivo que nace de un orden paisajístico ancestral. El paisaje como herramienta de proyecto.
La casa de organiza en bandas funcionales flexibles que actúan según gradientes de intimidad, se muestra introvertida de cara a la calle y por los laterales, y se abre completamente al sud para garantizar luz natural, establecer una relación cercana con el exterior, minimizar las pérdidas térmicas y proteger la casa del fuerte viento de norte.
Con el aprovechamiento de las energías naturales se intenta minimizar el consumo de recursos energéticos, priorizando estrategias básicas como la orientación, la reutilización de las aguas pluviales para el riego del huerto o los flujos de ventilación.
Una casa relacionada con el territorio, y pensada a largo plazo, suficientemente versátil para poder absorber los cambios en la estructura familiar a lo largo del tiempo.